Así consigue un pequeño pueblo de la Ribera duplicar su población por un día

Jornadas intergeneracionales en torno al órgano histórico en Vadocondes
Vadocondes se prepara para uno de los acontecimientos más especiales. 450 escolares, casi el mismo número que suman los vecinos en este pequeño pueblo, visitarán su joya de la corona: el órgano histórico que ha logrado rehabilitar tras siete décadas silenciado.
La visita, que tendrá lugar mañana viernes, 17 de octubre, se enmarca dentro del programa Ars Vadocondes, que el Arzobispado de Burgos y la junta parroquial de la localidad han puesto en marcha, en colaboración con la Junta de Castilla y León, para dinamizar y difundir la reciente restauración del órgano parroquial.
Entrados en detalle, la historia del órgano de Vadocondes se remonta a finales del siglo XIX, cuando fue construido por José Ruíz para la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en Vadocondes. Aunque durante mucho tiempo guardó silencio por el deterioro y averías, hoy, 200 años después de su creación, vuelve a sonar con fuerza y está revitalizando este rincón de la ribera burgalesa.

Jornadas intergeneracionales en torno al órgano histórico en Vadocondes
Valorar y conservar
En esta bonita historia de recuperación destaca un nombre propio: Jean Pierre Galliard, un párroco de origen francés que supo sembrar en feligreses y vecinos una conciencia patrimonial que ha seguido alimentándose hasta hoy. "Jean Pierre nos enseñó a apreciar lo que tenemos y a mostrarlo. De ahí partió este camino de restauraciones, unido a una mayor afluencia de visitas, todo con el fin común de mejorar la vida en el pueblo", explica Mariano Giménez, quien, a sus 72 años, ejerce de sacristán en Vadocondes y aprendiz de organista.
A él le pilla muy de cerca. Su suegro fue la última persona que tocó el órgano. "Tanto él como su bisabuelo tocaban de oído e intentaron enseñar a mis hijos", relata con pena, porque la vocación no se hereda, y cuando fueron adultos dejaron aparcado el teclado, condenando al instrumento a un silencio que ha durado cerca de 70 años.
Gracias al impulso del párroco francés, el pueblo se implicó, sacando adelante varias campañas de micromecenazgo, la más reciente con Hispania Nostra. Paso a paso han logrado restaurar cuatro retablos, 15 tallas, las pinturas murales del ábside de la iglesia y, la pieza más importante, el órgano.
A las campañas de mecenazgo han sumado apoyos institucionales, como el del Arzobispado de Burgos y la Junta de Castilla y León, con los que han lanzado Ars Vadocondes, un ambicioso proyecto cultural que gira en torno a su patrimonio restaurado y pone el foco en su órgano.
Cuentan además, para desarrollarlo, con la experiencia del equipo de la Fundación Santa María la Real.
Ciclo de conciertos
De la unión de todas estas fuerzas ha surgido un programa educativo que ha llevado el órgano a los escolares de la comarca. Además, para dar vida a este patrimonio, el sacristán Mariano, junto a otras 15 personas, han aprendido este verano a tocarlo y continuarán practicando en invierno.
La tercera pata del proyecto tiene un claro enfoque cultural, con un completo ciclo de conciertos que se prolongará hasta marzo de 2026, y en el que están participando organistas de reconocido prestigio, como Francis Chapelet, Jesús Gonzalo López o Ana Aguado. "La restauración del órgano es la prueba de que, cuando un grupo de gente se une, puede llegar a hacer lo que se proponga", afirma Miguel Ríos, representante de Ars Vadocondes sin olvidar el siguiente reto: convertir este proyecto en una fundación que siga luchando para proteger el legado histórico de Vadocondes.
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