La N-122 soporta más de 700.000 camiones a su paso por Aranda

El número de transportes pesados aumenta en este punto respecto a los que se observan en otras localidades como Fuentecén o Vadocondes, que registran medias en torno a los 600.000 vehículos

El tráfico de camiones en la N-122 a su paso por la comarca está en torno al 30% de la circulación total de esta carretera, según los datos aportados por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Estas cifras se intensifican dentro de  Aranda y llegan al 35% en la zona del polígono industrial Allendeduero, donde esta vía se convierte en eje vertebrador. En total, 715.765 vehículos pesados recorren de forma anual este tramo urbano. 

Los otros dos puntos en los que el Ministerio mide el tráfico de la N-122 en la comarca, Vadocondes y Fuentecén, también presentan un importante volumen de camiones, algo más de 600.000 año en ambas partes. De nuevo, estas cifras suponen la tercera parte del total de vehículos que pasan por esta carretera, que se encuentra en torno a los 2 millones.

Precisamente, este nivel de vehículos supone la principal razón por la que los alcaldes de la zona solicitan que se acelere la construcción de la A-11 y que, así se pueda aligere el tráfico de esta carretera nacional que cuenta con importantes puntos negros que acumulan varios accidentes en los últimos años, como es el caso de Fuentecén.

A su vez, Castrillo de la Vega, lugar en el que actualmente se trabaja para unir la Autovía del Duero con la N-122, cuenta con una de los puntos más conflictivos en cuestiones de circulación. «En teoría estas obras deberían haber terminado ya, pero parece que no avanzan», lamenta Diego Ruiz, alcalde de este municipio. Asegura que muchos de los vehículos que pasan por el pueblo no se desvían hacia la A-11, por lo que siguen soportando un importante volumen de tráfico. «Tenemos cierto miedo. Ya hemos solicitado que se pongan semáforos y pasos de cebra para regular la circulación», reclama el primer edil.

Entre los vehículos que sí que se desvían por la A-11, alrededor de 600.000 al año, un 40% suponen camiones que no hacen escala en Aranda y continúan su camino hacia Soria o Valladolid. Algunos más se registran en Fuestespina, que dobla esos datos, al resultar el municipio que comunica esta autovía con la A-1 y que, de nuevo, en muchas ocasiones soporta los transportes que se dirigen a los polígonos industriales arandinos.

Aumento en otras vías. Más allá del nudo que se crea entre la N-122, la A-11 y la A-1, otras carreteras de la comarca también cuentan con un importante número de camiones que pasan por ellas. Tanto en la CL-619 como en la BU-912, se ha incrementado el número de vehículos pesados, en especial los articulados, lo que preocupa a los alcaldes de la zona que buscan soluciones. 

La CL-619  ha incrementado el volumen de camiones en un 12% en los últimos años. Actualmente, esta vía la recorren alrededor de 135.600 vehículos articulados. Uno de los puntos más conflictivos se encuentra en el cruce de esta carretera con la BU-130, en La Horra. «El tráfico cada vez va a más, necesitamos una rotonda que lo regule para evitar accidentes», manifiesta Daniel Ronda, alcalde de este municipio.

Por su parte, la BU-912, que cuenta con una promesa de reforma y ampliación por parte de la Junta de Castilla y León, también registra un aumento en el tráfico pesado,  de alrededor de un 9%. «Cada día la circulan más camiones, sobre todo de madera, cargados con pinos, que van hacia Doña Santos, Salas y Huerta», asegura Felipe Nebreda, primer edil de Villanueva de Gumiel, quien reclama una mejora en la vía.

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