Regreso a EEUU con la maleta llena de cariño

van Fishburn está a punto de terminar su estancia en el CRA Riberduero como auxiliar de conversación. Califica la experiencia de «enriquecedora» y agradece la gran acogida


Evan Fishburn meterá en la maleta unos abanicos en su vuelta a Idaho (Estados Unidos). Se los quiere regalar a su madre y a su abuela. También habrá hueco para unas botellas de vino y aceite de oliva. Pero si algo se lleva es cariño. Mucho cariño. De sus alumnos y de unos profesores que le han acogido como «uno más de la familia del CRA Riberduero». Así lo dice su directora, María Antonia del Barrio. Y así lo constata el propio Evan, que este curso ha trabajado como auxiliar de conversación en las sedes de Fuentespina, Castrillo de la Vega, Villalba de Duero y Vadocondes. 

Reconoce que al principio todo eran nervios. Cambio de país, de idioma... y su primera vez en un colegio como profesor. Ocho meses después, se muestra muy contento. Asegura que su experiencia en Aranda y la Ribera del Duero no ha podido ser más enriquecedora. De hecho, se la recomienda sin duda a otros jóvenes. Advierte que «sólo se necesita un poco de paciencia y espíritu aventurero».

Fishburn, de 26 años, estudió literatura inglesa. También fotografía y música. Había visitado España con su familia en 2018. En aquella ocasión conoció Madrid, Andalucía y Barcelona. Ahora, dentro de un programa del Ministerio de Educación, ha recalado en el CRA Riberduero. Con sus alumnos, desde los más pequeños hasta los más mayores, se ha dedicado a hacer presentaciones sobre distintos aspectos de la cultura e historia americanas. Desde la fiesta de Halloween a la de Acción de Gracias o San Valentín. Porque, como subraya, «no es como se refleja en las películas o las canciones».

Evan cuenta que se ha volcado en preparar  todo este material. Y la respuesta ha sido positiva. «Los niños salen en tromba a recibirle cuando llega», relata Laura Samos, la jefa de estudios del CRA. Al principio, continúa, le hablaban en castellano. Ahora lo hacen en inglés. Algo que la directora atribuye a «un cambio de chip», clave en la apuesta de este centro por el bilingüismo ya que con los idiomas «les damos a nuestros alumnos la llave que abre el mundo». 

Muy agradecido. A escasos días para volver a casa, Evan reconoce que su estancia en la comarca ribereña se le ha pasado volando. Ha aprovechado para viajar por España, Francia, Portugal o Italia. Para visitar un sinfín de museos y empaparse de conocimiento. Su agradecimiento es infinito. Dice que Laura y María Antonia han sido como madres para él y ellas le corresponden: «Estamos encantadas. Los niños no quieren que se vaya. Le echaremos mucho de menos».



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