El pedrisco devasta decenas de hectáreas de viñedo en las zonas de Moradillo, Peñaranda y La Vid

La tormenta se suma a los daños producidos por el hielo y los destrozos causados por la fauna cinegética

La tormenta de pedrisco localizada en Ribera del Duero en la tarde noche del domingo ha devastado decenas de hectáreas de viñedo en las localidades de Moradillo de Roa, Fuentenebro, Vadocondes, La Vid, Fuentelcésped, Pardilla, Santa Cruz de la Salceda y Guma.

El Consejo Regulador trabaja en la evaluación detallada de daños que no parecen considerables en el número de hectáreas comparándolo con el total de la D:O, pero sí en cuanto a los destrozos sufridos en los lugares concretos en los que cayó el pedrisco. «El grado de afección es totalmente diferente teniendo en cuenta por dónde haya pasado la tormenta. Para que nos hagamos una idea, en Aranda de Duero y Peñafiel el daño es insignificante, no hay apenas desgracias que significar. Sin embargo, trasladándonos por la comarca, allá donde la nube ha dejado agua y pedrisco, ha arrasado», ha explicado la responsable de comunicación de Ribera del Duero, Rebeca Ruano. En esta línea, ha incidido en que se trata de una primera estimación, ya que los daños se han producido en multitud de puntos de la zona de calidad, incluidos también emplazamientos en las provincias de Valladolid, Segovia y Soria.

A pesar de que los municipios burgaleses más afectados son Moradillo de Roa, Fuentenebro, Vadocondes, La Vid, Guma, Pardilla, Fuentelcésped, Peñaranda de Duero, Villovela de Esgueva y Santa Cruz de la Salceda, con daños elevados o muy elevados, también se han registrado incidencias en Olmedillo de Roa, Ánguix y Quintanamanvirgo. En cualquier caso, la preocupación no ha pasado todavía en Ribera del Duero, donde miran con temor el pronóstico del tiempo que augura todavía una semana de tormentas.

Catastrófico

Desde Asaja Burgos se calcula que la piedra habría podido acabar con un centenar de hectáreas de viñedo de la Ribera burgalesa. Así lo ha manifestado su vicepresidente, Javier Arroyo, quien se ha visto afectado por la tormenta que ha destrozado seis hectáreas de su viñedo en Moradillo de Roa. «Ha sido catastrófico», ha lamentado. Al respecto, ha detallado que el año ya venía malo, ya que «se habían registrado también daños considerables por el hielo, de los que casi no se ha hablado».

Arroyo ha constatado, a pie de viñedo, que las plantas están «totalmente arrasadas, no ha roto cuatro tallos, se lo ha llevado todo». En este sentido, describe que el aspecto es similar «al que tiene una viña en el mes de enero». El viticultor recuerda que, además de los terribles daños económicos que supondrá para los productores de uva que han perdido la cosecha, «habrá que trabajar mucho en esas parcelas para recuperarlas de cara a las próximas campañas».

Por su parte, desde la UCCL ven necesario que la Ribera del Duero sea declarada como «zona catastrófica». El coordinador comarcal, Daniel Maestre, considera que la zona de calidad tiene que solicitar esta calificación debido a una concatenación de circunstancias adversas vividas en lo que va de año. «Ya nos ha caído un hielo de Filomena que ha hecho daño y ha matado bastante yemas, luego un hielo más tardío que nos quitó bastante formación en cepas jóvenes y producción... Ahora nos ha caído este granizo y, encima, tenemos mucha fauna cinegética, sobre todo corzos que están haciendo mucho daño», indica.

Maestre pide que se intente «controlar la presencia de corzos porque, donde ha pegado el granizo, no hay comida y cuándo salgan los brotes nuevos van a dejar las viñas arrasadas como sucedió en 2017». El viticultor insiste en la necesidad de tomar «medidas o nos va a pillar el toro».

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