Variante de Aranda. A-11. Una obra de 60 millones que se para en las fechas previstas para abrirla

Recortes de Fomento / Autovía de los Viñedos
Se trata de un tramo estratégico del futuro eje Este-Oeste (Portugal-Soria) de la región
 FOTO: Estado de las obras de la variante ayer. Los camiones ya no se moverán.- J.C.O.
Á. M. / Burgos
Al igual que sucede con el cierre de la circunvalación de Burgos, la rescisión de la variante de Aranda de Duero tiene difícil digestión. Incluso obviando que se trata de la primera gran infraestructura en materia de carreteras iniciada en los dominios de la capital ribereña desde el desdoblamiento de la Madrid-Burgos, lo inexplicable es que se detenga una obra que tiene una ejecución muy avanzada. Tanto que el propio delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, situó su finalización, durante una visita realizada a las obras en septiembre de 2009, a finales del verano de 2010. Eso ya no va a suceder.
Ampliando el impacto que tiene la derogación de las obras, la decisión de Fomento es también un duro varapalo para toda la comunidad, puesto que el tramo en cuestión es uno de los más avanzados de la Autovía del Duero -o de los viñedos-, que estaba llamada a vertebrar Castilla y León en el eje Este-Oeste y a comunicar Portugal con Valladolid, Valladolid con Aranda y Aranda con Soria.
De nuevo se da la circunstancia de que la variante es hija de un dilatado proceso administrativo que hunde sus raíces en los comienzos de 2007, cuando el Ministerio acometió en serie decenas de declaraciones de impacto ambiental para acometer esta nueva infraestructura, al tiempo que iniciaba el proceso de contratación de los proyectos. A finales de aquel año se iniciaron las expropiaciones -nada menos que a 969 propietarios- en un paraje muy sensible por estar ubicado en la vega del Duero y afectar a una importante zona de viñedos. Las expropiaciones se zanjaron con 1.058 parcelas afectadas y un coste de dos millones de euros.

Dos años en obras

La ejecución material de la variante se adjudicó a Acciona Infraestructuras en abril de 2008. El gigante de la obra pública rebajó hasta los 54 millones el precio de licitación (expropiaciones y asistencia técnica, otros 4 millones, aparte), que partía de 80 millones, y cerró el plazo de ejecución en 24 meses. Tras superar el pertinente letargo de firma de contratos y preparación de la obra, las máquinas entraron a trabajar a finales de 2008 y se iniciaba así un proceso que parecía imparable. Parecía.
Un año después, en septiembre de 2009, el citado Alejo, la subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio, y el alcalde de Aranda, Luis Briones, se jactaban sobre el terreno de la buena marcha de las obras, que cumplían plazo, según la Dirección de las mismas, y podrían permitir su puesta en servicio a finales del presente verano.
Para garantizar ese vaticinio, los Presupuestos Generales del Estado reservaron para 2010 una partida de 39,4 millones de euros que, unidos a los ya ejecutados, servirían para materializar los 15,1 kilómetros del tramo. Dicho trazado tiene su origen en la carretera BU-V-2031, que conecta Hadrada de Haza con Castrillo de la Vega, y a partir de ahí, se desvía hacia el Sur de Aranda dejando al Norte la actual carretera Nacional 122.
Tras superar el enlace con la A-1 y evitar los cascos urbanos de Castrillo de la Vega, Aranda y Fresnillo de las Dueñas, 'pinchaba' de nuevo la N-122, cerca de Vadocondes, a la espera del siguiente tramo en dirección a Soria, el Vadocondes-Langa. Más que regresar a la realidad, ahora toca mantenerse en ella, y no es otra que la de seguir utilizando la vetusta N-122 que tan cerca estaba de pasar a segunda actividad.

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