Un arquitecto arandino registra la primera casa con etiqueta energética
La calificación 'A', explica Leal, prueba que el inmueble tiene el menor consumo de energía y las emisiones de C02 más bajas. «Hemos cuidado las orientaciones, la compacidad -relación entre la superficie total y el volumen-, los aislamientos, carpinterías, cristales...», explica este arquitecto de 37 años, que actualmente trabaja en una tesis doctoral sobre la eficiencia energética en las viviendas de la Ribera del Duero.
En el caso de la de Vadoconde, se ha apostado por la geotermia para alcanzar la mayor calificación:«Hemos realizado dos perforaciones de 100 metros de profundidad y logramos agua a 15 grados de temperatura, que aprovechamos para calentar la vivienda».
La etiqueta energética está en vigor desde enero de 2007 para los edificios nuevos, aunque a partir del 1 de junio deberá incluirse a la hora de vender o alquilar un edificio, lo que incluye su publicidad. «La certificación no mide solo el gasto energético sino si las instalaciones de electricidad, calefacción u aire acondicionado son eficientes; e incluso analizará el soleamiento de la casa», explica Leal, que adelanta que este etiquetado aportarán un elemento nuevo para testar la calidad de un inmueble y es un paso previo para que, a partir del año 2020, los edificios que se construyan tengan un «consumo casi nulo».
La gradación de colores del etiquetado marca un baremo que, por ahora, no penaliza. «La idea es que los que obtengan peor calificación se les obligue a acometer obras de rehabilitación, que pueden ser subvencionadas con ayudas». Registrar un proyecto tiene una tasa de 260 euros para un piso de 100 metros en la región. Se está a la espera del coste que tendrá para las viviendas ya existentes que salgan a la venta o el alquiler.
Comentarios