Los nombres de la infamia



Memoria / Burgaleses en Mauthausen
La Audiencia Nacional investiga un posible delito de genocidio de cuatro carceleros del campo de exterminio de Mauthausen, donde fueron recluidos más de 7.000 españoles • 27 eran burgaleses

Arranz, con una lista con los nombres de los deportados españoles.
Ángel Ayala
R. Pérez Barredo / Burgos
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha tenido que escuchar estos días, por boca de varios supervivientes, los relatos escalofriantes de la no-vida de los presos españoles en el campo de exterminio nazi de Mauthausen. El magistrado instruye una causa por genocidio contra cuatro presuntos criminales de guerra del Tercer Reich: Johann Leprich, Anton Tittjung, Josias Kimpf e Iwan Demjanjuk, quienes trabajaron como carceleros en tan terrorífico lugar, destino entre los años 1940 y 1945 de 7.300 españoles que, refugiados durante la Guerra Civil Española en Francia, fueron reclutados por el ejército de este país para combatir la invasión germana resultando prisioneros en este empeño.
Estos cancerberos del infierno consiguieron huir a Estados Unidos, donde obtuvieron la nacionalidad de este país hasta que sus verdaderas identidades quedaron al descubiertos. Los querellantes quieren su extradición a España para que puedan ser juzgados. Los cuatro fueron integrantes del grupo Totenkopf-Sturmbann (Batallón de la Calavera), y actuaron en otros campos además de Mauthausen. Allí, en esa fábrica de la muerte y en sus campos satélites de Gusen y Steyr, perecieron ahorcados, ejecutados, agotados por los trabajos forzados, extenuados por el hambre o en la cámara de gas cerca de 4.500 españoles.
Gracias al Centro de Estudios de Investigación Histórica Maestrat de Cataluña sabemos hoy el nombre de prácticamente todos los españoles que sufrieron la mayor infamia de la historia de la humanidad. Aunque posiblemente falten nombres, ya que los nazis procuraron desaparecer también cualquier prueba de aquella vesania inimaginable, conocemos los nombres de 27 burgaleses a quienes el destino procuró la más terrible de las experiencias. Todos, menos dos, salieron convertidos en humo y cenizas por la chimenea del crematorio.
DB tuvo la fortuna de conocer a uno de los supervivientes. Se llamaba Matías Arranz, era natural de Vadocondes y murió el pasado 13 de agosto a los 94 años de edad en su casa de Palau de Vidre, pueblecito de la campiña francesa cercano a Perpignan. Su estancia de cuatro años en Mauthausen y Gusen y su prodigiosa memoria hicieron que durante los últimos años de su vida protagonizara decenas de reportajes y documentales realizados por toda Europa en los que dio testimonio de las atrocidades cometidas contra los españoles en esos teatros del horror.En el campo de Mauthausen fue el número 5.819; en Gusen, el 10.170, para acabar marcado como una res por el 46.000. Arranz siempre sostuvo que las cifras de españoles en Mauthausen y sus tentáculos de Gusen y Steyr fueron mayores a las oficiales, llegando a superar los 10.000. Aseguraba que los españoles fueron considerados Nacht und Nebel , Noche y Niebla (NN), una práctica de deportación y eliminación en secreto: no sólo fueron exterminados sus cuerpos en hornos crematorios o llevados en camiones fantasma para servir de cobayas a todo tipo de experimentos, sino que cualquier dato de su paso por el campo se intentó asimismo fulminar. En este sentido, Arranz, que dedicó buena parte de su vida a contar con lo que padeció y a reclamar que se investigara para conocer toda la verdad aportando su testimonio, siempre manifestó que a los presos se les atribuían números falsos. Así, los nazis renovaban los mismos números sin cesar a medida que se enviaba a sus portadores a otros campos, en donde a cada prisionero se le atribuía otro número, quedando libre la primera cifra en el central, que se le daba a otro, y así sucesivamente.
El infierno
Situado a 20 kilómetros de Linz, en Austria, el campo de exterminio de Mauthausen fue creado el 8 de agosto de 1938. El número total de víctimas oscila entre 120.000 y 300.000 muertos en sus cinco años de funcionamiento. La mayor parte de los españoles trabajaron como animales en la cantera de granito, cuya famosa escalera de 186 peldañostenía qus subir una docena de veces al día cargados con grandes piedras. Arranz siempre recordó que si algún preso flaqueaba era rematado allí mismo con un pico o una pala. Mauthausen y sus campos comandos fueron liberados el 5 de mayo por soldados norteamericanos de la a 11ª División Blindada, que se quedaron pasmados al descubrir que al otro lado de aquella siniestra estructura había esqueletos que esperaban, como zombies, la llegada definitiva de la muerte.

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