Espeleoduero denuncia la suciedad del Duero entre El Barriles y la presa La Redonda

Advierte de que la senda del GR-14 está demasiado alejada del río en algunos tramos y que se degrada por su nulo mantenimiento

J. C. O. / Aranda
El tramo del río Duero comprendido entre el Parque de El Barriles y la presa de La Redonda, situada a un kilómetro junto a Leche Pascual, constituye según el Grupo Espeleoduero el lugar del río más sucio comprendido dentro del curso fluvial que discurre por el territorio amparado por la Denominación de Origen Ribera del Duero
Así lo pudieron constatar los 29 palistas y nueve ciclistas que participaron en el V Descenso del Vino. Según ponen de manifiesto desde el club, este problema viene motivado en gran medida «porque la estación de bombeo en muchas ocasiones lanza al río sin tratamiento las aguas residuales y más adelante, en este tramo, la basura y malos olores son habituales.
Una degradante situación que también se produce en la parte del cauce que va desde Fresnillo de las Dueñas hasta la presa de la antigua Azucarera, «que se encuentra llena de basura que dejan los pescadores en todas sus orillas».
Espeleoduero aboga por potenciar el aprovechamiento turístico y deportivo de este importante recurso natural, que considera que es «un yacimiento turístico y medioambiental sin explotar y que necesitamos conocer para conservar».
Sin embargo, apuntan que hay algunas sombras o partes negativas, al margen de la suciedad puntual, que se podrían resolver con poco que las administraciones competentes se movieran un poco.
Entre ellas señalan la senda del GR-14, en el trazado Vadocondes-Aranda «deja mucho que desear por su lejanía del río», denunciando que ocurre lo mismo en el tramo comprendido desde la depuradora arandina hacia Roa. Además, advierten de que la senda se está degradando por su «nulo» mantenimiento: «tenemos que destacarla parte de Guma a Vadocondes, casi perdido, y el tramo arandino hasta la depuradora, en la cual encontramos desprendimientos y mucha maleza».

Desplazamiento de fauna

La apuesta por las energías alternativas también está pasando factura al Duero, puesto que según ponen de manifiesto, la proliferación de mini presas «están cambiando nuestro entorno, desplazando la fauna del lugar y eliminando zonas de arbolado.
El grupo arandino ha podido evidenciar también que siguen apreciándose «numerosas» construcciones y vallados que invaden las orillas, «así como estamos viendo que se invaden caminos de sirga que iban paralelos al cauce y que se invaden y labran».
Finalmente, en relación con su actividad principal, el piragüismo, reiteran que siguen sin tener embarcaderos en toda la Ribera que puedan contribuir a potenciar la práctica de este deporte y que las presas «siguen disponiendo de pasos para peces pero no para personas».
diariodeburgos

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