Una casa de Aranda en Barcelona

Retazos / De un archivo

El edificio de la plaza del Trigo está en el Pueblo Español como ejemplo de arquitectura tradicional

 Fotografía del Pueblo Español de Barcelona durante la exposición de 1929. La casa de Aranda es la segunda empezando por la derecha.
Archivo Máximo López
Máximo López / Aranda
La semana pasada volvía a ser noticia, por su necesaria rehabilitación, la emblemática casa que hay entre la Plaza del Trigo y la Calle de las Boticas de Aranda de Duero. Una de las peculiaridades de este céntrico edificio es que está reproducido en el Pueblo Español de Barcelona, siendo el único de la provincia de Burgos y uno de los 19 de Castilla y León.
El Museo del Pueblo Español de Barcelona es un espacio al aire libre situado en la montaña de Montjuic y fue construido entre 1927 y 1929 con motivo de la Exposición Internacional de la ciudad condal. El coste total de todo el conjunto ascendió a 2.532.093,12 pesetas. El nombre asignado en un principio era el de Iberiona pero por deseo expreso del general Primo de Rivera se rebautizó como Pueblo Español. La exposición Internacional de Barcelona y el Pueblo Español fueron inaugurados el 19 de mayo de 1929 por el rey Alfonso XIII, durando la exposición hasta el 15 de enero de 1930. Esta exposición fue un evento de gran repercusión internacional participando casi todas las naciones europeas y otros países como Estados Unidos y Japón. Fue un escaparate de la modernización de España y de las nuevas corrientes artísticas y tecnológicas de la época. La dictadura de Primo de Rivera intentó instrumentalizar políticamente este evento aunque el propio agotamiento del sistema y el gran protagonismo de otros estamentos, que habían participado activamente en la organización, hicieron que la exposición brillase con luz propia.
La idea del Pueblo Español fue dirigida por el arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalcha (1867-1956), al que se considera el último representante de la importante escuela modernista de Cataluña y que fue también el arquitecto principal de la Exposición Universal. Para este proyecto fue auxiliado por los arquitectos Francesc Folguera (1891-1960) y Ramón Reventós (1892-1976), por el pintor Xavier Nogués (1873-1941) y por el crítico de arte y decorador Miquel Utrillo Morlius (1862-1934). Tuvieron que realizar numerosos viajes por toda España para realizar este proyecto, recogieron personalmente diverso material como fotografías, anotaciones, dibujos… también tuvieron que seleccionar lo que consideraban más representativo de cada zona de España y lo que merecía ser reproducido en la Exposición Internacional. No buscaban edificios espectaculares ni relevantes desde el punto de vista artístico sino que les interesaba encontrar ejemplos de lo que era la arquitectura tradicional de cada región española. Según las crónicas de la época visitaron alrededor de 1.600 poblaciones para determinar cuáles iban a ser estos ejemplos representativos. Los viajes los realizaron con un Hispano-Suiza por las destartaladas carreteras de entonces y establecieron distintas rutas a lo largo y ancho de toda la geografía nacional y por el sur de Portugal. Dado que viajaban en coche no fueron a las islas, de Canarias no hay nada reproducido pero de Baleares hicieron una reproducción con la ayuda de fotografías que les enviaron desde Mallorca.
Por Aranda pasaron cuando hicieron la ruta desde Valladolid a Soria. En los cuadernos de viaje figura que, además de Aranda, visitaron Nava de Roa, Valdezate, Fuentelisendo, Fuentecén, Castrillo de la Vega, Fresnillo de las Dueñas, Vadocondes, La Vid y Zuzones.
Utrillo, que con 65 años era el más mayor de la expedición, se encargaba de ejercer de secretario del resto de sus compañeros dejando constancia escrita de todos los detalles de los distintos viajes. Folguera será el encargado de realizar las fotografías. Reventós complementará estas imágenes con sus dibujos a lápiz, recogiendo aquellos detalles relevantes desde el punto de vista arquitectónico que no podían ser plasmados fielmente con la cámara fotográfica. Utrillo expone lo siguiente en una carta escrita durante un viaje: «Dibujos, sólo algunos para recordar inscripciones, formas de letra, escudos, cornisas, chimeneas, aleros… Acuarela, ninguna, pues al hacer la primera se vio que no era práctico hacerlas. Las fotografías que se sacaron en crecidísimo número han sido utilísimas. Para los colores teníamos una serie de gamas numeradas y, comprobando el color de la piedra, ladrillos… anotábamos los números correspondientes de la gama. Así todos podíamos hacer la comparación con base fija». En el momento de la inauguración Reventós relataba a un periodista el buen recuerdo de los viajes con estas palabras: «En los pequeños pueblos lejanos, la alta matrícula de nuestro coche llamaba la atención; por lo general nos seguía una larga cola de chiquillos que contemplaban, curiosicos, cómo tomábamos fotografías, apuntes, notas. Y haga el favor de consignarlo: por todas partes también encontrábamos facilidades, amabilidad y acogimiento».
Esta peculiar comitiva artística pasó por Aranda en septiembre de 1927 y seguro que también encontrarían las facilidades, amabilidad y acogimiento que alude Ramón Reventós. Curiosamente el Pueblo Español estaba previsto que fuera derribado una vez finalizada la exposición. En la actualidad el Pueblo Español es uno de los principales atractivos turísticos de Barcelona superando todos los años el millón de visitantes. Las casas albergan restaurantes, comercios y más de cuarenta talleres de artesanos. La de Aranda de Duero está situada en el número 3 de la Plaza Mayor, uno de los espacios más visibles de todo el conjunto. Actualmente, junto con la casa de al lado (una reproducción de Sigüenza), alberga la galería de arte «Espai Agustí Massana».

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